Es el principio del invierno del 2022 y la capital de Islandia, Reykjavik, ya se ha congelado. Por supuesto, para los duros ciudadanos que viven tan cerca del Círculo Polar Ártico, estas temperaturas bajo cero no son un obstáculo para la creatividad, y en un parque urbano, bajo el fugaz sol invernal, el fotógrafo Páll Stefánsson mata el tiempo antes de una reunión.
Inspirado por la luz tenue y oblicua, y con algunos momentos para dar gusto a sus ojos, elige el rostro mirando hacia arriba de una estatua cargada de pesada escarcha, enmarcándola a la perfección con su FE 100mm f/2.8 STF GM OSS.
Un objetivo prime de 100 mm puede parecer una elección inusual para una fotografía realizada de una forma tan espontánea, pero como muestran los resultados, es la combinación de distancia focal y calidad con la que Páll se siente tan cómodo y seguro. Desde escenas callejeras y retratos y paisajes congelados hasta volcanes en erupción, "es un objetivo que rara vez no llevo conmigo", confiesa.
¿Cuál es el atractivo?
"Para mí, el 100 mm es un objetivo de uso general brillante y realmente me encanta su perspectiva natural para todo tipo de sujetos", explica. "Para paisajes o personas, el visor te permite enmarcar de forma ajustada sin distorsión. Está justo en el extremo más largo de objetivos que me gusta usar siempre, y cuando estoy en una localización, trabajo con cuatro cámaras para poder tener preparados un 24 mm, un 35 mm, un 50 mm y este 100 mm. El 100 mm es el más largo donde me siento que sigo personalmente conectado con la escena".
Ese enfoque, que usa cuatro primes para cubrir la gama de un zoom estándar típico, puede aportar una mayor calidad y claridad a la fotografía, dice Páll. Y es algo hacia lo que tu cerebro se vuelve entrenado cuando se trata de tomar decisiones de composición.
"He sido fotógrafo profesional durante 40 años", explica, "y siempre he usado primes. Aprendes qué aporta cada objetivo, y cómo usarlo, como si fuera un filtro en tus ojos. Sé exactamente cómo enmarca un objetivo 100 mm y su nitidez para mí como fotógrafo. Ese día, estaba trabajando con una cámara, un objetivo y una intención. Estoy seguro que si hubiese tenido un 24-105 mm en el parque habría obtenido imágenes diferentes y no habría sido tan selectivo.
Los objetivos prime a menudo aportan mayor nitidez que configuraciones equivalentes en un zoom, y para Páll, esto también se aplica al 100 mm.
"Cuando hablé por primera vez con uno de los principales diseñadores de objetivos de Sony sobre este objetivo", nos cuenta, "sintió que a menudo se ignoraba, a pesar de ser uno de los mejores de la gama. Y estoy de acuerdo. Es uno de los mejores objetivos G Master en cuanto a calidad y uno que realmente asombra a las personas cuando lo prueban".
"Además", continúa, "con los objetivos Alpha como este sabes que son específicos para sensores con una resolución de 100 MP o más. En otros sistemas, las cámaras salen al mercado sin los objetivos adecuados para ellas, pero con los objetivos G Master de Sony siempre sabes que es una inversión excelente que te servirá para toda la vida".
Una gran parte de la calidad óptica del 100 mm, dice Páll, es su increíble bokeh. "Por supuesto, el bokeh es algo personal, como cuando para ti algo es bonito", explica, "pero gracias al elemento de apodización óptica (APD) del objetivo, es maravillosamente suave, permitiendo que los sujetos se separen con presencia real y amplificando la nitidez innata del objetivo. De esa forma, me recuerda a un objetivo clásico, pero con el contraste que esperarías de uno moderno".
Otra razón por la que el 100 mm es una opción genial y versátil es su velocidad de enfoque, dice Páll. "Hay un interruptor en la carcasa que alterna los ajustes entre 0,85 m hasta el infinito, y de 0,57 m a 1 m moviendo los elementos del objetivo. En este último, te ofrece mucha ampliación, para que puedas añadir primeros planos y detalles a la lista de sujetos de este objetivo. Ofrece muchísima versatilidad y de una forma que roza la perfección.
Añade el Steady Shot óptico a la combinación, es sus versátiles poderes van más allá.
"Personalmente, me gusta usar un trípode siempre que puedo", dice Páll, "porque me ralentiza y me permite enmarcar de forma más precisa. Pero hay situaciones en las que no es posible y se necesita estabilización de imagen. Por ejemplo, cuando fotografié estas delicadas flores en el sol tenue y suave de diciembre, estaba medio de pie en un estanque, usando un ISO bajo para conservar los detalles más finos, así que la velocidad de obturación era baja. Es bueno saber que está ahí para ayudarme cuando lo necesito, y la nitidez está garantizada".
"A pesar de toda su calidad óptica y velocidad, es un objetivo muy resistente y portátil", continúa Páll, "lo cual es perfecto para mí cuando estoy haciendo senderismo. El pasado agosto tuvimos una erupción en Monte Fagradalsfjall en Islandia y elegí el 100 mm para capturarla. El objetivo pesa solo 700 gramos y, aunque a menudo llevo objetivos más largos para evitar la necesidad de acercarme demasiado, este puede dar alcance suficiente, pero es tan ligero que podría hacer una caminata de cuatro horas hasta el campo de lava sin que mis hombros se resientan".
"Para los fotógrafos que quieran centrarse en todo tipo de cosas, desde personas a paisajes hasta primeros planos, el FE 100mm f/2.8 STF GM OSS es uno de los mejores objetivos que pueden tener", concluye Páll, "y es uno que realmente quiero que todo el mundo conozca. Es la herramienta perfecta, porque es nítido, es ligero, es hermético y te hace un mejor fotógrafo. Además, tiene el bokeh más maravilloso que el dinero puede comprar".
"Mi fotografía, al igual que el viento, depende de la dirección en la que sople. Por encima de todo, me gustan los retos, incluso los pequeños"