Los cinematógrafos George Kasionis y Stam Tsopanakis, que colaboran juntos con el nombre de ‘With Heart Films’, utilizan la cámara α7 III porque es el complemento perfecto para su enfoque narrativo.
Es julio en Pienza, una ciudad de la Toscana, y, aunque parezca mentira, está lloviendo a mares. Es una mala noticia, sobre todo para Francesca, que está esperando al otro lado de la calle que lleva a la catedral de la plaza principal de la ciudad, donde se va a casar con Max. Parece que la fuerte lluvia no tiene intención de parar. Los invitados y los curiosos se ven forzados a resguardarse bajo los arcos históricos de la plaza. Y Francesca regresa al coche nupcial. Está nerviosa. ¿Quién no lo estaría en su lugar?
George Kasionis y Stam Tsopanakis están grabando en vídeo el gran día. Juntos forman ‘With Heart Films’, una asociación con más de 20 años de experiencia; un negocio construido sobre un enfoque muy especial de los vídeos de bodas.
Para un cinematógrafo, una situación meteorológica dramática es una mina de oro, pero George sabe que tiene trabajo por delante, y no es grabar.
"Fui al coche y me quedé con la novia con la cámara hacia abajo. Podría haberme puesto a sacar fotos de todo lo que veía: las calles lluviosas, la gente refugiándose en los portales... Sin embargo, estaba allí para decirle ‘no te preocupes, no importa que llueva o no. Tienes que estar feliz, porque la lluvia cesará en cualquier momento y vas a casarte con el hombre de tu vida’. Y eso fue lo que ocurrió. Salió el sol justo después de la ceremonia y la boda se celebró sin ningún problema".
‘With Heart Films’ se basa en la filosofía de las narraciones emotiva, algo que solo se consigue con la combinación correcta de habilidades sociales, experiencia técnica y cámaras y objetivos de última generación. Filman durante unos dos o tres días, proporcionando a los invitados, según Stam, "tiempo para que se sientan cómodos con nosotros. Llegamos allí y abrimos nuestros corazones; intentamos vivir con ellos esa experiencia, pero no como meros empleados".
Trabajar en equipo antes, durante y después de la celebración supone ventajas más allá de contar con muchas manos. "Cuando grabas un vídeo, sobre todo momentos únicos e irrepetibles como puede ser una boda —nos cuenta George—, te gusta tener a alguien que te cubra. Ese tipo de confianza te libera y te permite ser más artístico y creativo".
Ambos coinciden en que la tecnología moderna ayuda a que sea más fácil que nunca conseguir grandes imágenes pero, en lugar de dejar sus trabajos obsoletos, ha dado mayor protagonismo a su labor como narradores de historias. "Cualquiera puede pensar que sus vídeos son bonitos —explica Stam—. De hecho, la parte complicada es hacer que sean inmersivos y emotivos. Tratamos de realizarlos de la forma más cinemática posible, pero también deben ser personales para la novia y el novio, así como para los invitados".
Para conseguirlo, no puedes perder el tiempo preocupándote por el equipo. George y Stam confían en el kit de Sony α7 III, con el que dan forma a las historias que narran.
"Gracias a esta nueva tecnología, como la del avanzado AF de Sony y la función de estabilización de la imagen en el cuerpo, podemos reaccionar más rápido y confiar más en nuestro equipo", nos cuenta Stam. El cuerpo pequeño de la α7 III también les permite mantenerse fieles a su método de mezclarse con los amigos y la familia para conseguir un estilo mucho más natural. "Intimida mucho ponerse delante de una enorme cámara de cine —prosigue Stam—. Sin embargo, con un cuerpo más pequeño es más fácil capturar emociones genuinas, en lugar de miradas asustadas".
A la hora de elegir objetivos, George y Stam recurren a una serie de lentes FE que les proporcionan la flexibilidad suficiente para captar una gran variedad de escenas. Sus favoritos son el FE 16-35mm f/2.8 GM, FE 24mm f/1.4 GM, FE 55mm f/1.8 ZA y, para grabar la ceremonia y los discursos, el FE 85mm f/1.4 GM es su objetivo habitual.
El autoenfoque rápido, silencioso y fiable es también una auténtica maravilla. Cuenta, además, con ventajas inesperadas.
"Es una liberación increíble poder confiar totalmente en tu equipo —nos explica George—. Antes resultaba agotador grabar discursos largos. Ahora, gracias al Eye AF en tiempo real, prácticamente solo hay que darle a grabar y relajarse. Cuando puedes descansar, acabas menos agotado y tienes energía suficiente para aguantarlo todo, por ejemplo, esas celebraciones que duran hasta las cinco de la mañana".
Como en todas las buenas películas, los aspectos técnicos quedan a salvo detrás del telón y dejan que la historia sea la única protagonista. Con tantas historias por contar, ¿siguen teniendo la misma ilusión George y Stam? "Sí —sonríe George—, porque cada ocasión es diferente. Cada vez que se dirigen a nosotros para darnos las gracias, me siento recompensado".
Stam también lo siente así: "Cada una de las películas que producimos es un homenaje al amor entre dos personas y sus seres queridos. ¿Quién podría aburrirse de algo así?".