La labor del fotógrafo de bodas
Considero que la labor de un fotógrafo de bodas no es otra que regalar recuerdos a la siguiente generación. Enseñamos a los niños y ofrecemos a la familia un gran recuerdo del día más importante de su vida. Por eso, cuando fotografío una boda debo pensar obviamente en la imagen "ganadora", pero también tengo que convertirme en fotoperiodista y contar la historia de principio a fin.
Pero no solo se trata de fotografía documental. En realidad, es una combinación de diferentes estilos y técnicas. Es fotografía de exteriores, eventos, bodegones, retratos, paisajes... Debes estar preparado para hacer un poco de todo en un breve espacio de tiempo. Por este motivo, necesito una cámara que me permita trabajar en todas estas situaciones diferentes, y por eso utilizo la Sony α7 III.
La Sony α7 III y su rango dinámico
Para mí, la Sony α7 III es una herramienta similar a un bolígrafo. Con un bolígrafo puedo escribir cualquier cosa y con la α7 III puedo fotografiar lo que quiero. Es luminosa, tiene una gran estabilización de imagen, cuenta con dos ranuras de tarjeta de memoria y la calidad de imagen es excepcional, con un gran rango dinámico.
El rango dinámico es esencial porque no siempre trabajo con las mejores condiciones de luz. A veces hay poca luz y en otras ocasiones es intensa, y en ambos casos debo mantener los detalles del vestido de la novia sin sobreexponerlo. Nada de esto plantea problema alguno gracias al rango dinámico de la Sony α7 III. Un truco al que recurro es subexponer ligeramente la imagen para asegurarme de mantener los detalles iluminados del vestido. Posteriormente, en posproducción, puedo aumentar el brillo de las sombras para recuperar los detalles de esa zona.
Configuración de cámara y objetivos
El día de la boda, llevo dos cámaras α7 III, una a cada lado. Una función realmente útil de la α7 III es que puedo guardar mis ajustes y transferirlos fácilmente a otra cámara con una tarjeta SD. Así me aseguro de que las dos cámaras tienen siempre la misma configuración: todos los ajustes, todos los botones personalizados, todo es igual cuando utilizo cualquiera de mis cámaras.
Al hombro izquierdo llevo una α7 III con el objetivo FE 28mm f/2 o el FE 35mm f/1.8. Aunque parezca mentira, tengo todos los objetivos G Master de Sony, pero el FE 28mm f/2 y el FE 35mm f/1.8 son más ligeros y muy nítidos. Durante la temporada de bodas estival, prácticamente fotografío una boda al día y, para mí, estos objetivos son la combinación perfecta de calidad, tamaño y peso. Me permiten trabajar todo el día sin consecuencias físicas. También tienen un enfoque que se acerca bastante, por lo que puedo utilizarlos para realizar tomas de detalles en primer plano.
Al hombro izquierdo llevo mi segunda Sony α7 III con el objetivo Sonnar T* FE 55mm f/1.8 ZA. De nuevo, podría utilizar un 50mm f/1.4, pero la calidad de imagen que consigo con el 55mm f/1.8 es fantástica, y es un objetivo más pequeño y ligero. Obviamente, la calidad de imagen de las series G y G Master es espectacular, pero estos objetivos de gama media también ofrecen una calidad extraordinaria.
Enfoque en los rostros
Con la α7 III, conseguir que los objetivos enfoquen es muy sencillo. Siempre utilizo el modo de enfoque continuo, con el modo de seguimiento si estoy intentando capturar el movimiento, por ejemplo, a la novia o el novio caminando. Para retratos, utilizo el Eye AF para enfocar con precisión los ojos del sujeto. Así, nunca pierdo una imagen y todos mis retratos están perfectamente enfocados en los ojos.
Tengo un truco que consiste en utilizar el registro y la detección facial. Al principio del día, realizo un sencillo retrato de la novia y del novio con la función de registro facial. Es una función fantástica porque, gracias a ella, cuando la cámara detecta varios rostros, enfoca automáticamente los del novio y la novia si aparecen en la escena. Puedo incluso establecer la prioridad, por ejemplo, del rostro de la novia respecto al novio.
Estas funciones de enfoque me permiten concentrarme en la parte más importante: capturar las emociones. Debo estar preparado para fotografiar la expresión del novio cuando gira la cabeza para ver por primera vez a la novia acercarse por el pasillo. No es tan importante la expresión (podría reír o llorar), pero sé que debo capturar ese instante con autenticidad para que el novio pueda disfrutar de ese recuerdo para siempre.
Para mí, la fotografía consiste en resolver problemas, hablar sobre la vida y comunicarse con los demás en silencio.