Me llamo Alexandra Surkova y soy una fotógrafa profesional de naturaleza afincada en España. Hace tres años ni siquiera utilizaba una cámara de objetivos intercambiables y sacaba felizmente imágenes muy corrientes con mi smartphone.
Mi carrera como fotógrafa de vida salvaje comenzó con una experiencia muy surrealista. Un día, uno de mis poquísimos seguidores de Instagram de entonces me envió un mensaje para decirme que veía un gran potencial en mis fotos y que me había enviado un regalo. ¡Vaya, el momento en que abrí el paquete y, en lugar de una postal, vi el objetivo Sony FE 200-600mm f/5.6-6.3 G! Se puede decir que mi vida cambió en ese momento.
Aún recuerdo con claridad mi primer viaje fotográfico con el nuevo objetivo: el 24 de junio de 2020. El Covid estaba en pleno apogeo y, a medida que la gente desaparecía de las calles, aparecían los animales. Pasé muchas horas en una tienda de campaña con un calor de 40 grados, cubierta de sudor, para hacer tan solo dos fotos de un búho que en total posó para mí un par de minutos. Pero en lugar de frustrarme, la experiencia me hizo adicta a la fotografía de la vida salvaje.
Equipo
La Alpha 7R IV fue mi primera cámara Sony (ahora es la cámara de reserva de mi Alpha 1) y, cuando la escena no requería una velocidad excesiva, me ofrecía montones de tomas espectaculares, y el sensor de 61 megapíxeles me daba la flexibilidad de hacer un recorte espectacular si era necesario.
Mi fotografía dio un gran paso hacia adelante el día que probé la Alpha 1 y para mí es la cámara perfecta: rápida, de alta resolución y el enfoque automático es sencillamente increíble. Imagina que un diminuto gorrión gris está posado en la rama de un árbol gris a 50 metros de ti en un día lluvioso. Ni siquiera estoy segura de que puedas ver al pájaro, ¡pero la Alpha 1 puede enfocar su ojo!
Cuando reviso mis imágenes en un monitor después de un viaje, ni siquiera necesito comprobar si el enfoque es nítido porque el 99,9 % de ellas siempre lo son, así que me encanta que solo tenga que concentrarme en la composición. Sinceramente, no encuentro ningún defecto en esta cámara, es pura magia.
En cuanto a los objetivos, tengo dos favoritos. El FE 200-600mm f/5.6-6.3 G OSS es imprescindible para cualquier fotógrafo de naturaleza y, si tuviera que elegir un solo objetivo, sería este. Es rápido, versátil y su calidad es increíble. Estando en España, uno de mis mayores placeres es buscar al lince ibérico, uno de los felinos más amenazados del planeta. Cuando te sientas a la espera durante horas con la esperanza de ver a una de estas raras criaturas, no puedes correr ningún riesgo con tu equipo. El animal puede aparecer a cualquier distancia, caminar directamente hacia ti e incluso pasar a medio metro de tu posición. Solo tienes un par de minutos para hacer la mejor foto, y créeme, con el corazón latiéndote de emoción, no tienes tiempo de ponerte a cambiar de objetivo.
El otro objetivo que no me faltaría es el FE 600mm f/4 G Master OSS. Es como un objetivo de otra liga, de otro mundo. A veces me parece que las fotos tomadas con este objetivo son más bellas que la propia realidad. El bokeh es una locura, da una increíble sensación de profundidad y tridimensionalidad y la calidad me deja sin palabras.
El proceso creativo
A menudo me pregunto qué es lo que me gusta tanto de la fotografía de la vida salvaje, y siempre encuentro la misma respuesta: lo absolutamente impredecible que es. Es imposible planificar nada, no hay tomas escenificadas y nunca puedes predecir el resultado. Ni siquiera sabes con certeza si el animal que esperas ver aparecerá alguna vez. Puedes pasarte horas escondido sin ver a nadie. O puede que esperes ver un águila, pero en lugar de eso veas un hermoso zorro. ¿Posará para ti o pasará de largo? No puedes hacer que un animal salvaje se mueva en tu dirección, eres un mero espectador.
Pero con algo de experiencia adquirida, si aparece un animal, a partir de ese momento puedes predecir al menos vagamente sus movimientos. Si estás al acecho en un abrevadero, aunque aparezca el animal, en algún momento empezará a beber, lo que significa que sacará la lengua. Este es el momento que estoy esperando. No me interesa hacer 1000 fotogramas a alta velocidad. Mi Alpha 1 me permite disparar a 30 fps, pero rara vez utilizo esta función. Me interesa pulsar el disparador solo cuando estoy segura de que la foto puede interesarme.
Conclusiones finales
A menudo me preguntan qué hay que hacer para empezar a ganar dinero con la fotografía. Creo que la vida es demasiado corta para hacer algo que no te satisface, pero al mismo tiempo, se necesita tiempo para aprender a hacer bien al menos una cosa que te haga realmente feliz. Siendo realistas, la fotografía no es algo que te vaya a hacer millonario; yo personalmente elijo no serlo, sino disfrutar del camino que tanto me gusta.
¿Cómo empezar? Haz fotos. Y más fotos. Y más fotos. Y dedícales todo el tiempo, amor y cariño que puedas. Hasta hace poco, para mí solo era un hobby. Hace tres años seguía haciendo fotos con el móvil, pero el proceso me volvía loca hasta tal punto que absorbía todo mi tiempo libre. Por supuesto, es más fácil conseguir grandes resultados teniendo una buena cámara, pero si no la tienes, prueba con una mala. Si no sabes utilizarla, ¡aprende. Paso a paso. Si tu objetivo es el resultado y no el dinero, los beneficios te encontrarán a ti y no al revés.
Alexandra Surkova es una fotógrafa profesional de vida salvaje afincada en España.