Una de las principales razones por las que hago retratos es para indagar más en el sujeto y revelar su auténtica personalidad en una foto fija. Me intriga la mentalidad de las personas y, a través de mi fotografía, busco conseguir retratos puros y sinceros.
Elegir el momento del disparo
Para capturar momentos que presenten un retrato sincero, pulsar el obturador en el momento adecuado lo es todo. En algunos de mis proyectos recientes, el momento ha sido crucial para crear la narrativa. A mí me gustan especialmente los retratos en los que el sujeto no sabe con certeza cuándo voy a disparar. Para hacer la foto perfecta, no le doy ninguna instrucción al sujeto de antemano, sino que intento capturarlo totalmente de improviso para conseguir naturalidad.
Al trabajar con un sujeto en el estudio, adopto una estrategia similar, sin dar demasiadas indicaciones o, si es posible, ninguna. Prefiero que primero se sienta cómodo y, después, le estudio y observo. Puedo pedirle que mueva la mano o la cabeza levemente y, a veces, conversamos un poco para intentar que se olvide de la cámara. En ocasiones, las conversaciones se intensifican, especialmente si conozco bien al sujeto. Es en estos momentos cuando me gusta capturar el retrato.
La función Eye AF de mi Sony Alpha 7 III me ayuda a captar estas emociones. Me gusta disparar con una gran apertura, ya que sé que con la función Eye AF me puedo concentrar en comunicarme con el sujeto, con la seguridad de que, al pulsar el obturador, los ojos quedarán perfectamente enfocados.
Ideas y localizaciones
Las ideas están por todas partes. Puede sonar a tópico, pero nunca se sabe cuándo va a llegar la inspiración. Por lo general, me gustan las localizaciones y los fondos sencillos. Gran parte de mi trabajo lo hago con un fondo blanco en mi estudio. Me gusta la sencillez de un fondo blanco o negro, ya que nos permite tanto a mí como al espectador centrarnos en el sujeto y leer las emociones de su cara sin distracciones.
No obstante, las fotos en exteriores pueden contar mejor una historia y hacerla menos ambigua. Una foto así es el retrato de Anastasia. La hice con la Alpha 7R IV y me encantan los colores, la nitidez y todo lo que sucede en la escena. Sin embargo, lo que más me maravilla es la luz. Hay dos tipos de luz en esta foto: la retroiluminación amarillenta de la farola y las tres luces frontales, que son las luces led de un smartphone. La luz principal de esta foto es el led de un smartphone a dos metros de distancia. La Sony Alpha 7R IV tiene tal rango dinámico que, incluso con tan poca luz, pude capturar este retrato y las emociones sin problemas.
Luces y equipo
Habitualmente, al iluminar a un sujeto, suelo ir a lo sencillo para que la luz no interfiera. Trabajo solo con una o dos luces, con una gran fuente de luz suave de un paraguas o un softbox como luz principal, y una segunda luz clave sobre la cara de los sujetos. Hago lo mismo en fotos en exteriores, donde intento usar tanta luz ambiental como sea posible, con solo una pequeña luz para iluminar la cara del sujeto.
Consejo
Suelo hacer fotos con mi Alpha 7 III, pero también uso una Alpha 7R IV ocasionalmente para ciertos proyectos. Siempre uso mis cámaras con objetivos prime. Actualmente uso el Zeiss Sonnar T* 55mm f/1.8 ZA, el FE 28mm f/2, el FE 85mm f/1.8 y el FE 90mm Macro G OSS. Si tuviera que quedarme solo con uno, elegiría el de 55 mm, ya que creo que funciona mejor para el estilo de mis retratos. Para quienes piensen en dedicarse a los retratos editoriales o artísticos, el mejor consejo que puedo dar es que intenten ser ellos mismos y exploren sus propias ideas. Ser uno mismo puede ser lo más difícil, pero, con paciencia y esfuerzo, se acaban consiguiendo grandes resultados.