La histórica ciudad de Estambul tiene un significado diferente para cada persona. Es la mayor ciudad de Europa y la única que abarca dos continentes. Es un crisol cosmopolita de culturas destilado a lo largo de milenios de comercio, educación y religión. Pero para el fotógrafo Murat Pulat, esta ciudad significa algo más: esperanza.
"Me trasladé de Ankara a Estambul —explica—, para estudiar. Quería acabar mis estudios y vivir allí y, en ese momento, pensaba que me ganaría la vida allí. Era mi sueño y veo ese mismo sueño, esa misma esperanza, en muchas de las personas que me encuentro".
Esas otras personas son las que han inspirado el proyecto de Murat, ‘Ciudad de Esperanza’. Aunque se centra en Estambul, refleja la vida en todas las ciudades, y se compone de una serie de retratos y fotos espontáneas que muestran en detalle a las personas a las que la vida urbana seduce e inspira. Cómo las transforma o las destruye.
“Nunca he parado de salir y hacer fotos —afirma—, pero eso no era suficiente, quería conocer las vidas de las personas y satisfacer mi curiosidad. Así que empecé a hacer fotos por toda la ciudad: a oficinistas, tenderos, personas sin techo en lugares abandonados y manifestantes. ‘Ciudad de Esperanza’ es un compendio de esas historias”.
"Una cosa está clara: no es fácil mantener la esperanza en una gran ciudad. Todas estas personas tienen esperanzas cuando llegan aquí. Quieren llegar a ser algo, poderosos, ricos, o igual solo quieren ser libres, pero muchos fracasan porque las oportunidades son escasas. El éxito no es la historia de la mayoría".
Para capturar ‘Ciudad de Esperanza’, Murat emplea principalmente una α7R III y, tras usar anteriormente una α7 II, reconoce rápidamente la resolución y la calidad de imagen como factores clave.
“Lo principal es la definición y el rango dinámico —explica—, especialmente este último, porque mi estudio es toda la ciudad y tengo que estar preparado para cualquier cosa. Quizás vea algo y tenga que reaccionar y sacar la foto sin poder permitirme el lujo de ajustar la luz. Podría ser una luz de fondo o un cielo brillante, pero con la α7R III es fácil obtener el detalle de las luces y las sombras. Lo mismo ocurre con su rendimiento ISO. Es tremendamente adaptable, lo que me permite capturar sujetos con poca luz fácilmente”.
Cada sujeto es un nuevo capítulo de su proyecto, pero puede ser duro, según dice, porque a menudo se trata de una historia de alguien que ha perdido la esperanza. A veces versa sobre activistas LGTB a los que se les niega su derecho a manifestarse y otras trata sobre personas sin hogar”.
“Conozco a muchos de los que vienen aquí, buenas personas y trabajadores, pero ahora tienen que vivir en la calle. Llueve y hace frío, pero no puedo ayudarles. Hago fotos, charlamos, paso tiempo con ellos, pero luego regreso a mi vida y ellos no pueden. Soy un observador, y eso a veces es duro”.
El sistema AF de la α7R III también ha revolucionado la forma de trabajar de Murat, hasta el punto de que “hace 10 años no hubiera hecho este proyecto porque las cámaras simplemente no funcionaban como yo lo necesito”.
Con el modo Eye AF, cuenta, “basta con pulsar un botón y ya tengo la seguridad de que el enfoque se centra en el sujeto. Eso es muy importante porque durante el tiempo que tardo mientras uso el punto de enfoque automático para encontrar el ojo, luego enfoco y después recompongo, podría perderme el momento clave. Una cosa (técnica) menos de la que preocuparme. Sé que la imagen siempre saldrá nítida, incluso cuando uso una apertura amplia, lo que me permite ser creativo”. La estructura y el tamaño de la α7R III también han dejado impresionado a Murat, ya que le permiten realizar las fotografías que desea con cualquier condición climática y sin el peso de una cámara DSLR o de formato medio. “Para hacer las fotos que hago, en la calle, la cámara debe estar preparada para la lluvia o la nieve, y esta lo está. Además, su tamaño es perfecto, especialmente si utilizas objetivos pequeños, como el FE 35mm f/2.8. Casi puedes pasar desapercibido”.
"Aún no he terminado. Quiero seguir unos cuantos años más porque quiero tomar más imágenes, especialmente de aquellos que son auténticos triunfadores, los que consiguen lo que quieren. Sin embargo, estos triunfadores son más difíciles de encontrar, a veces porque no son conscientes de su propio triunfo. Muchas personas caen en la trampa de desear más y más de forma que sus deseos no se pueden llegar a cumplir. Debemos simplificar nuestras vidas y ser conscientes de que el éxito no es lo que nos muestra la televisión o las revistas. Como sociedad, debemos aprender que todas las personas tienen un talento, todas tienen habilidades y todos somos valiosos. Quizás esa sea mi mayor esperanza".
