En el deporte, la diferencia entre el éxito y el fracaso se decide en un instante. La victoria puede depender de un segundo concreto; los campeonatos se ganan y se pierden por pequeños detalles. Con la fotografía deportiva ocurre lo mismo. El momento es clave y solo puede dominarse combinando las habilidades adecuadas con el equipo apropiado.
El trabajo de Danas Macijauskas en los deportes acuáticos demuestra esto a la perfección, como se aprecia en sus recientes fotografías tomadas con su α7 III de la competición de kitesurf King of The Air de Red Bull en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
En primer lugar, según Danas, hay que valorar al sujeto.
"Me aficioné al surf, el wakeboard y el kitesurf aparte de la fotografía, pero finalmente quise combinar ambos campos. Descubrí que existe una conexión que se transmite en las imágenes. Si conoces el deporte que fotografías, los deportistas se comunican mejor contigo y acabas sabiendo qué fotografías funcionan mejor con ellos".
Antes de que Danas empezara a practicar el deporte, no había reparado en que es necesario tener amplios conocimientos deportivos para sacar buenas fotografías. "En mi primer evento le llevé las fotos a los deportistas; estaba muy contento con el resultado, pero ellos me dijeron que bueno... esperaban que no hubiera borrado las demás. Eso me demostró que, aunque tú como fotógrafo pienses que la foto es perfecta, para los deportistas es fundamental que la foto diga algo sobre el deporte".
¿Qué necesita una gran fotografía de kitesurf? Danas afirma que la clave es combinar los elementos esenciales en un solo encuadre; eso es lo que conforma el momento definitivo.
"Es la conexión de varias cosas: el fondo, la postura del deportista, la luz, el momento... el surfista debe estar en la posición perfecta, porque quieres que diga ‘guau, qué bien me veo’". Las imágenes de Ciudad del Cabo ilustran a la perfección el argumento de Danas. Los componentes vitales conformando un momento definitivo.
Danas afirma que la gran variedad de ingredientes del kitesurf implica que el estilo se parezca menos de lo que cabría esperar al de la fotografía deportiva convencional.
"El kitesurf de altos vuelos se asemeja más a la fotografía de paisajes. Hay que tener en cuenta la escala, ya que lo interesante es capturar la cometa, el kitesurfista y el paisaje, todo en uno, y así es como puede apreciarse lo increíblemente alto que saltan. Por eso la foto debe ser más amplia y no centrarse en el sujeto, como ocurre en otros deportes".
Para la gran variedad de encuadres que necesita, utiliza objetivos con zoom versátiles, como el Sony FE 70-300mm f/4.5-5.6 G OSS y el 24-105mm f/4 G OSS, así como el FE 135mm f/1.8 GM para hacer retratos en la playa.
Esto plantea una cuestión de técnica. ¿Cómo se combinan las habilidades de la composición paisajística con la necesidad de seguir y enfocar un sujeto errático en rápido movimiento? "Básicamente —se ríe Danas—, ¡es muy difícil! Pero ahí es donde mi sistema Alpha de enfoque automático responde. Como es normal, el surfista se verá muy pequeño en el encuadre y puede moverse en cualquier dirección; no tienes ni idea de dónde va a saltar".
En su α7 III, utiliza una combinación de los modos de enfoque de sujeto de área amplia y pantalla táctil, junto con el enfoque automático continuo.
"Con solo tocar una persona en la pantalla, se le seguirá y permanecerá enfocada, incluso cuando ya se ve muy pequeña. Además, a diferencia de las cámaras DSLR, el área de enfoque automático ocupa todo el encuadre, con lo que es más difícil perder al sujeto".
Dada la velocidad de los surfistas, también opta por las velocidades de obturador más altas posibles, y ahí es donde brilla con luz propia el control de la ISO automático de la α7 III. "La ISO automática es muy práctica y puedes estar seguro de que funcionará cuando lo necesites, lo que ayuda a reaccionar de manera instintiva en los momentos vitales. Confío en ella totalmente y la tengo configurada con el obturador a 1/1000 segundo o más".
El sólido diseño de la α7 III también es esencial y, en opinión de Danas, está a la altura de todos los desafíos a los que se enfrenta, a diferencia del equipo que usaba anteriormente.
"Me surgían problemas continuamente. Por ejemplo, después de pasar semanas haciendo fotos en Sri Lanka un verano, llevé mi cámara a mantenimiento y me dijeron que lo mejor sería que no la lavara. Por lo visto la humedad hacía que el interior estuviera húmedo y se oxidaran algunas piezas. Pero mi equipo Alpha es totalmente hermético, así que incluso cuando estoy en una playa con la arena, la brisa marina y el viento soplando a 40 nudos, la cámara hace bien su trabajo. Nunca falla en el momento más inoportuno".
"Todo lo que tenemos es el ahora. Debemos ver el pasado como una lección, el futuro como una posibilidad y el presente, como el mejor momento de nuestras vidas".