Como fotógrafo de retratos editoriales para revistas, debes saber manejarte. Con esta afirmación me refiero a que cuando fotografiamos para una misma revista, con el mismo sujeto, nos exigen distintos tipos de retratos, por lo que debemos saber cómo capturar cada uno de ellos.
Cada imagen tiene su propio fin
Cuando fotografías una imagen para una portada, el sujeto debe conectar con la persona que observa la imagen, por lo que debe mirar directamente a la cámara. Se trata de un retrato mucho más tradicional.
Para el artículo del interior de la revista, debes fotografiar cuatro o cinco retratos diferentes, en diversas situaciones. En mi caso, utilizo la Sony Alpha 7R III para todas mis imágenes. Su resolución de 42,4 millones de píxeles es todo lo que necesito, tanto para trabajar en el estudio como en localizaciones fuera del mismo. Ofrece un rendimiento excelente para todo tipo de fotografías. Me gusta combinar los estilos de los retratos clásicos con los retratos más típicos de personajes famosos .
No obstante, debes fotografiar al sujeto de tal forma que la revista pueda contar su historia como, por ejemplo, las imágenes del futbolista argentino Paulo Dybala que fotografié para la edición italiana de la revista Vanity Fair. Mientras que en la portada podemos observar el habitual retrato clásico, las imágenes del interior me permitieron dar a conocer la personalidad y carácter del sujeto para contar su historia.
La localización era magnífica, la azotea de la fábrica de coches de Fiat en Turín, que es donde Dybala juega para la Juventus F.C. Además, el lugar guarda relación con la historia, ya que el propietario de Fiat es también el dueño del club de fútbol. En la fotografía podemos ver a Paulo Dybala en la icónica azotea dando toques de balón mientras, en el fondo, se observan las casas del barrio en el que viven numerosos empleados de la fábrica. La imagen resulta muy interesante ya que cuenta la historia de toda la ciudad.
Trabajar con el sujeto
Cuando fotografías un sujeto para una revista, la interacción no resulta natural. Tanto el fotógrafo como el sujeto deben ser buenos actores. Por mucho que trates de ser natural, el sujeto obedece las indicaciones del fotógrafo y refleja la imagen que este ha proyectado en su mente, por lo que no hay nada de natural en una sesión fotográfica de retratos.
La Sony Alpha 7R III cuenta con numerosas funciones que suelo utilizar a la hora de trabajar con los diferentes sujetos durante la sesión, aunque quizás la más destacada es el Eye-AF. Gracias a esta función me aseguro de que los ojos siempre gocen de una nitidez perfecta. Ya no tengo que preocuparme por el enfoque, ya que lo hace la cámara por mí, y esto, a su vez, me permite concentrarme en mi relación con el sujeto.
En algunas ocasiones, el sujeto quiere una transmitir una imagen natural, pero cabe la posibilidad de que resulte aburrida. Cuando tengo la impresión de que va a ser así y de que la sesión necesita cierto dinamismo, grito algo para generar una reacción, como una sonrisa, curiosidad o una mirada de sorpresa en el rostro del sujeto, ayudándome a darle un giro a la energía de la sesión y a acabar con el aburrimiento.
Utiliza tu objetivo para marcar la diferencia
Pese a que el objetivo clásico para fotografiar retratos es un 85mm, en mi caso, el que más utilizo es el Sony FE 24-70mm f/2.8 GM. Este objetivo me permite modificar el encuadre rápidamente, algo que, para mí, es sumamente importante, en especial a la hora de trabajar con un sujeto en movimiento.
El otro objetivo del que me he enamorado es el FE 200-600mm f/5.6-6.3 G OSS. Con un 85mm debes acercarte bastante al sujeto, sin embargo, con distancias focales más grandes puedes mantener cierta distancia y crear imágenes realmente diferentes.
Por ejemplo, fotografié a Roberto Saviano para la portada de una revista. Roberto es un conocido escritor que ha publicado varios superventas sobre la Mafia y el negocio de la delincuencia en Italia. Le fotografié en una localización a orillas del mar y, para ello, simplemente le pedí que se relajara y caminara entre las dunas. Funcionó a la perfección, ya que pudo sentirse libre al no estar posando directamente delante de un fotógrafo. Mantenerme alejado y utilizar un objetivo más largo me permitió capturarle comportándose de manera muy diferente a cómo actuaría si me encontrara a escasos metros de distancia.
Si algo he aprendido durante todos estos años es que la estética obviamente cobra una gran importancia, después de todo, mi papel consiste en crear una imagen bonita, pero la verdadera belleza de una persona emana, ante todo, de su personalidad. Cuando estoy fotografiando, mi objetivo principal es, en definitiva, realzar la personalidad del sujeto, y gracias a las herramientas que me brinda mi Alpha 7R III, puedo concentrarme realmente en esta relación entre mis sujetos y yo, lo que me permite obtener unas imágenes absolutamente maravillosas.
"La fotografía es la mejor excusa para conocer gente"